jueves, 28 de agosto de 2008

negras cachondas

Sentado en la cama se arrodillo ante mí y sin mediar palabras me bajó los pantalones y empezó a darme una mamada de ensueño, como chupaba la pija esta putita cuarentona. Ahhhhhhhhhhjjjjjjj, que rico, mamita le decía. Si papi te gusta me decía la muy puta. Me pasaba la lengua de arriba hacia abajo, mientras con las manos me acariciaba las pelotas.

Mientras ella me chupaba los huevos, yo le acariciaba ese culito de ensueño, era precioso redondo y duro como una roca. Le metí un dedo y pego un grito de placer, apresuro el ritmo de sus chupadas y sentí un mar de placer cuando le llené la cara de semen, se la refregó con las manos y se lo tragó todo, lo disfrutaba como un niño a su chupetín.

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